desde
que estoy aquí,
mi
conciencia,
simple,
común, diáfana,
mis
montañas andinas
me
indican el camino,
bifurcado,
tratando
de no traicionarme
a
la luz de mis principios,
¿qué
fuerte debo ser para
soportar
lo insignificante?
¿qué
tenaz tengo que ser
para
admitir mis pequeñas traiciones?
¿qué
es más bello que una rosa silvestre?
rodeado
de mascaras burlonas,
eco
de lo que es y no es,
perpetuos
arquetipos,
sin
rostros,
¡ni
yo me reconozco en mi reflejo!
© Todos los
derechos reservados
No hay comentarios.:
Publicar un comentario