Interpretación diurna
me alcanza, cada madrugada, con el cantar de los pájaros
antes del primer rayo de luz,
instante atemporal,
después, el aroma a recién horneado
a fuerza descomunal
de una lectura en colectivo, o
el zarandeo nervioso del tren a Morón,
viaje atrevido a lo diario
una tenue luz, me acaricia,
lastimándome,
un par de palomas
juegan con una mariposa,
parecen que se conocieran,
una belleza sublime,
cruel y sublime,
admiro la inacción
frente al hecho más atroz,
porque las palomas se quieren comer
a la mariposa,
y ellos lo saben ,
una natural y violenta hermosura,
desde todos los inicios
y todos los finales,
mi naturaleza me da lecciones
sobre lo efímero,
desperdicios de palabras
y emociones
pierdo mi horizonte,
mientras el viaje sigue,
quiero disfrutar el viaje